Cómo empecé a facturar como freelance sin saber nada de impuestos (y sin meter la pata)
📚 Índice del artículo
- ¿Por qué facturar aunque trabajes por internet?
- Mi historia: de pagos por PayPal a emitir mi primer comprobante
- Herramientas fáciles (y gratis) para no contadores
- Cómo hice mi primera factura (sin regarla tanto)
- Dónde trabajé y cómo recibí mis primeros pagos
- Errores que cometí y cómo los solucioné
- Conclusión: facturar no es tan difícil como suena

¿Por qué facturar aunque trabajes por internet?
Cuando escuchaba la palabra "facturar", pensaba en oficinas grises, trajes incómodos y mucha burocracia. Pero ser freelancer en LATAM no significa que tengas que ser contadora o experta en SUNAT, SAT o DIAN para enviar una factura decente. Facturar es simplemente ponerle nombre y orden a tu trabajo.
Emitir un comprobante, aunque sea básico, puede marcar la diferencia entre que te vean como “alguien que hace cosas en internet” o como un profesional que ofrece un servicio real. Y más aún: muchos clientes extranjeros o empresas medianas lo piden sí o sí. Así que mejor estar listx.
Mi historia: de pagos por PayPal a emitir mi primer comprobante
Mi primer pago como freelancer fue una traducción de dos párrafos por 6 USD. Me pagaron por PayPal y casi lloro de emoción. Pero pasaron unos meses y un cliente de Alemania me dijo: “Por favor, ¿puedes mandarme una factura?” Y yo como: “¿Una qué?” 😳
No sabía si tenía que registrarme como empresa, si eso era legal, o si terminaría con una deuda con la SUNAT por hacer mal las cosas. Literalmente, pensé en rechazar el trabajo solo por ese detalle. Pero me calmé, hice café, abrí Google y escribí: “cómo hacer una factura sin RUC”. Y, sorpresa: había formas simples de hacerlo sin entrar en pánico.
Herramientas fáciles (y gratis) para no contadores
No necesitas un sistema ERP, ni pagarle a un contador por cada cliente. Con estas herramientas, pude armar mi primer comprobante en menos de 15 minutos:
- Invoice Generator: simplemente rellenas los campos y descargas el PDF. Gratis y rápido.
- Google Docs: busca “plantilla de factura” y verás cientos. Solo edita con tus datos.
- Canva: si quieres algo visual y elegante, tiene diseños ya listos. Puedes cambiar colores, íconos, agregar tu logo si tienes.
Yo usé Canva porque ya lo conocía para hacer portadas. Elegí una plantilla sobria, cambié los textos y quedó tan bonita que casi la imprimo y la cuelgo. Lo clave es que pongas lo esencial: tu nombre o marca, nombre del cliente, descripción del servicio, monto, fecha y un número de factura (empezar con 001 está bien).
Cómo hice mi primera factura (sin regarla tanto)
Para ese cliente alemán, puse en el documento: “Servicio de redacción de blog — Junio 2025”. Agregué el monto en dólares y aclaré “USD 50 vía PayPal”. Le adjunté el archivo por correo y, por si acaso, un mensaje tipo: “Avísame si necesitas que lo edite o le cambie algo.”
Su respuesta fue: “Perfecta. Muy profesional.” Ese día entendí que no se trataba de ser perfecta, sino de mostrar claridad, respeto y estructura. Después de eso, guardé la plantilla como “Factura base” y solo cambiaba los datos según el cliente. Me ahorró horas después.
Dónde trabajé y cómo recibí mis primeros pagos
Si recién estás empezando, aquí te comparto dónde generé mis primeros ingresos sin necesidad de RUC ni papeles raros:
- Fiverr: creé un perfil como traductora y copywriter. Pagan por PayPal o Payoneer. Fácil y rápido.
- Workana: aquí sí tuve que subir un documento de identidad, pero no pedían nada fiscal. Ideal para proyectos pequeños.
- Clientes por redes sociales: una vez puse en mi estado de WhatsApp: “Ofrezco servicios de redacción freelance, ¿conoces a alguien que necesite?” y dos personas me contactaron. ¡Los primeros clientes llegan de donde menos esperas!
Cuando trabajas directo con clientes, puedes negociar pagos por PayPal, Yape, Nequi o hasta transferencia bancaria. Pero tener una factura (aunque sea simple) les da más confianza y te posiciona como alguien serio.
Errores que cometí y cómo los solucioné
Obviamente no todo fue perfecto. Cometí errores tontos pero instructivos:
- Una vez mandé una factura sin fecha y el cliente no supo si era de ese mes o del anterior.
- Otra vez puse mal el monto: escribí “30” sin indicar la moneda. El cliente pensó que eran pesos colombianos, no dólares.
- Guardé todas mis facturas en carpetas sueltas del escritorio… hasta que perdí una y aprendí a usar Google Drive con orden.
Solución: ahora tengo una carpeta llamada “Facturación 2025” en Drive, donde guardo todo por cliente y mes. Y cada archivo con nombre tipo: “Factura_001_Mayo2025.pdf”. Organizarse te da paz mental.
Conclusión: facturar no es tan difícil como suena
No necesitas ser expertx ni tener una empresa formal. Solo necesitas tener claridad, voluntad y una plantilla decente. Con eso ya puedes empezar.
¿Lo mejor? Después de tu primera factura, la segunda será más fácil. Y así hasta que un día, sin darte cuenta, ya tienes clientes recurrentes, control de tus ingresos y hasta ganas de formalizarte más. Pero sin miedo, paso a paso.
Hoy, si alguien me pide una factura, ya no me asusto. Solo digo: “¡Claro, te la envío en un rato!” Y eso, para mí, es libertad.
📌 También te puede interesar:
-
📱 Probé 17 apps que prometen pagarte por ver anuncios (solo 5 valen la pena)
Experiencia real probando apps populares en LATAM para ganar dinero sin invertir. -
📊 Cómo consulté mi buró de crédito gratis desde Perú (sin caer en estafas)
Guía paso a paso para revisar tu historial crediticio sin pagar ni registrarte en sitios sospechosos.
댓글
댓글 쓰기